CORTIJO NUEVO. LOS AÑOS SETENTA Y EL CULTIVO DE FRESA.

Fumigación. Fotografía aportada por Isela Díaz Trujillo.

Corría el año de 1974 y el cultivo de fresa iba a iniciar trayendo una fuente de trabajo para los pobladores y una mejora mayor para quienes la iban a cultivar.

El encargado del orden era Roberto García y gestionó la introducción del cultivo que daría trabajo fijo y seguro por algunos años a nuestra gente. Era tiempo en que las corrientes de agua se encontraban por doquier y las compuertas de la taza dejaban escapar de ella grandes caudales

Todo iniciaba con el plantado en grandes surcos regados que debían mantenerse húmedos, luego venía la época de volver a plantar los codos de las guía que nacían de ella y la fumigación, para al final, venir la etapa de sacado.

Era todo el año, fuente de empleo para la gente de nuesta pueblo y la de Cortijo Viejo.
Al final, Cortijo Viejo terminó también cultivando aunque sin lograr el permiso del uso del agua que le acabó cediendo nuestro pueblo.

La fresa trajo grandes beneficios para nuestra gente, pero se sobreexplotaron los mantos freáticos y se terminó acelerando su agotamiento, con el subsecuente hecho que todos conocemos: la pérdida de las abundantes aguas que un día hicieron de nuestro rancho un hermoso jardín de innumerables y cristalinas corrientes de agua.

El cultivo de fresa trae a muchos de nosotros nostalgia y recuerdos de una etapa de nuestras vidas que quedó grabada en la memoria y nos encanta evocar.

Fue una forma de traer algo en nuestros bolsillos siendo niños y la cantidad dependía de cuántos millares podíamos hacer al día: lo común, cinco millares en promedio para una persona normal, pero hasta 10, en personas que eran demasiado buenas para eso.

El sacado de fresa iniciaba temprano, tal vez a las siete de la mañana apenas se repartían los surcos. A veces era cosa de suerte lograr uno bueno y otras, la posibilidad de escogerlo para lograr un buen día. El pago se hacía con boletos que se daban cuando las matas eran llevadas por los chunderos al puesto de cambio cercano al trailer que se cargaba a orillas de un bayado.

Yo era un chiquillo feliz por lo que ganaba, aunque recuerdo el dolor de brazos y pies con la piel reventada al contacto y humedad constante del lodo y la fría mañana de agua helada.

Plantando guía. Foto aportada por Isela Díaz Trujillo.

Las matas de fresa se sacaban de los surcos de tierra blanda inundados de agua y se apilaban en manojos de 50. Muchos contaban el primero y el resto era calculado. Se ataban luego con delgados hilos de pita y se amontonaban en número de 20 para llamar después al cortador que los despuntaba y dejaba solo el tallo corto y la raíz de las matas.

Se llamaba al chundero que se encargaba de llevar los miles al puesto de entrega cercano al trailer y vaciaba los manojos que se contaban y aventaban al bayado para un lavado Pasaban luego al trailer donde un grupo de personas se encargaba de acomodarlos de forma perfecta.
A veces, la gente se equivocaba y no eran los 20 manojos, o al contarse uno de ellos era de menos de 50 matas y había que regresar la carga del chundero para contar de nuevo y reponerse lo faltante: eso era frustrante para el cortador tramposo que tenía que empezar de nueva cuenta.

Los domingos por la mañana eran de alegría porque era intercambio de boletos por dinero: era una sensación indescriptible para los niños que podían comprar lo que quisieran.

Indudablemente que tener dinero a esa edad fue extraordinario y seguro que quienes vivieron eso, me entienden muy bien, y evocan los años de nostalgia y carencias placenteras que nos hicieron ser felices con lo simple.

Roberto García era encargado del orden de Cortijo Nuevo y realizó varios viajes a Morelia con el fin de conseguir los viveros y el permiso para el uso del agua que permitiera el cultivo. Logró para ello el apoyo del Ingeniero Aguilera, secretario de Recursos Hidráulicos y Roberto Torres Gascón presidente municipal de Coeneo de 1973 a 1974 que hicieron posible lo que hoy se escribe.

Este cultivo dio trabajo a hombres, mujeres y niños de todas las edades y nos permitió conocer y convivir con gente del Cortijo; dio a los niños de ese entonces la posibilidad de hacer hondas con los hilos de pita trenzados y los hizo expertos para lanzar piedras en la loma haciendo su niñez mas feliz.

Las fotos son de Isela Díaz Trujillo, el artículo es ecrito por Luis y agunos datos aportados por Modesta García.

2 comentarios en “CORTIJO NUEVO. LOS AÑOS SETENTA Y EL CULTIVO DE FRESA.

  1. Hermosas imagenes ojalá me pudieran proporcionar dónde están las mujeres , la de lado izquierdo es mi mamá y me gustaría tenerla

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  2. Hermosas imagenes ojalá me pudieran proporcionar dónde están las mujeres , la de lado derecho es mi mamá y me gustaría tenerla

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